Volvo, la automotriz propiedad de Geely, ha compartido recientemente sus nuevos planes para eliminar la producción de vehículos diésel. La compañía anunció que cesará oficialmente la producción de todos los vehículos diésel en los próximos meses. Esta decisión se alinea con el compromiso de Volvo con la sostenibilidad y su objetivo de producir solo vehículos eléctricos (EV) a partir de 2030.
El CEO de Volvo, Jim Rowan, afirmó que los trenes motrices eléctricos son el futuro y superiores a los motores de combustión. Ofrecen beneficios como menos ruido, menos vibraciones, menores costos de servicio y emisiones cero de escape. Volvo tiene como objetivo crear una amplia cartera de automóviles premium totalmente eléctricos que cumplan con las expectativas de los clientes y contribuyan a combatir el cambio climático.
Como parte de su transición a los vehículos eléctricos, Volvo vendió el año pasado su participación en la empresa conjunta Aurobay, lo que efectivamente lo desvinculó del desarrollo de motores de combustión interna. Esta decisión significa que la compañía ya no financiará ninguna investigación y desarrollo de nuevos motores de combustión.
El compromiso de Volvo con la sostenibilidad va más allá de la producción de vehículos eléctricos. La compañía resaltó el informe de la Evaluación Global del Clima de las Naciones Unidas, que enfatiza la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger el clima. El director de sostenibilidad de Volvo, Anders Kärrberg, colaborará con otras compañías en un evento de la coalición «Accelerating to Zero» (A2Z) durante la Semana del Clima de Nueva York para impulsar la transición hacia el transporte eléctrico.
Además de poner fin a la producción de vehículos diésel, Volvo también anunció una asociación con Connected Energy para reciclar las baterías de vehículos eléctricos antiguos y convertirlas en sistemas de almacenamiento de energía en contenedores (BESS, por sus siglas en inglés). Esta iniciativa es similar al acuerdo de Tesla con el reciclador de baterías Redwood Materials. El BESS se utilizará en la planta de producción de Volvo en Gotemburgo, Suecia.
La decisión de Volvo de poner fin a la producción de vehículos diésel es un paso significativo hacia la neutralidad climática y demuestra el compromiso de la compañía con la lucha contra el cambio climático. Se anima a otros líderes de la industria y a los responsables de formular políticas a seguir su ejemplo e implementar políticas y acciones significativas para abordar la crisis climática global.
Fuentes:
– Comunicado de prensa de Volvo
– Informe de Evaluación Global del Clima de las Naciones Unidas