La huelga en curso de los Trabajadores Automotores Unidos (UAW por sus siglas en inglés) contra los fabricantes de automóviles de Detroit Ford, General Motors y Stellantis pone de relieve un conflicto de corto plazo sobre salarios frente a la creciente inflación. Sin embargo, hay fuerzas más grandes en juego que presentan un desafío existencial para la UAW y para todo el mercado de vehículos de los Estados Unidos.
El telón de fondo de la huelga implica dos interrupciones importantes en la industria: la transición a los vehículos eléctricos (EVs por sus siglas en inglés) y la retirada de la globalización. La política del presidente Biden relacionada con el clima tiene como objetivo acelerar estos cambios, ofreciendo nuevas oportunidades de crecimiento para el sindicato. Los EVs brindan una forma de expandirse en un mercado saturado, mientras que la reubicación de empleos de fabricación puede atraer a los sindicatos de la industria manufacturera.
Sin embargo, estas transiciones van acompañadas de complicaciones. Para que la descarbonización se afiance, los EVs deben ser asequibles. Gran parte de la ventaja económica de la tecnología limpia proviene de China, que domina el mercado con su combinación de subsidios y menores costos. Se estima que la ventaja de China es de $10,000 por vehículo, lo que dificulta que Estados Unidos compita. Traer las cadenas de suministro de vuelta a Estados Unidos sería costoso y salarios más altos podrían socavar la competitividad de la tecnología limpia.
La aparición de los EVs supone una interrupción significativa tanto para los fabricantes de automóviles como para la UAW. Detroit tuvo dificultades para producir vehículos pequeños asequibles durante la llegada de automóviles importados a finales de la década de 1960. Este patrón se repitió en la década de 1990 cuando los camiones y los SUV se volvieron populares mientras la cuota de mercado de Detroit disminuía. La capacidad de fabricación de la industria automotriz se centra considerablemente en motores y transmisiones, que no se necesitan en los EVs. Además, los EVs requieren menos mantenimiento y tienen menos componentes, lo que los hace menos intensivos en mano de obra.
Si bien Estados Unidos y la Unión Europea están tomando medidas para proteger sus industrias nacionales, las tensiones ya se están manifestando. La UE ha anunciado una investigación sobre los subsidios chinos para los EVs, pero esto pasa por alto el hecho de que el mercado de EVs no existiría sin la cadena de suministro china construida durante las últimas dos décadas.
En conclusión, la huelga de la UAW aborda problemas a corto plazo, pero persisten desafíos más grandes relacionados con la transición a los EVs y el mercado mundial de vehículos. El sindicato debe navegar por la complejidad de la asequibilidad, los requisitos laborales y la competencia global para asegurar un futuro sostenible para sus miembros y para toda la industria.
Fuentes:
(1) Bloomberg Opinion
(2) Bloomberg Opinion