La industria automotriz ha buscado constantemente la innovación y el estilo, y para lograrlo ha establecido colaboraciones con diseñadores líderes y casas de moda para crear vehículos únicos y llamativos. Sin embargo, no todas estas colaboraciones han sido exitosas. Veamos algunos ejemplos de los buenos, los malos y los feos de estos vehículos inspirados en la moda.
Una de las colaboraciones exitosas fue entre FIAT y Gucci, resultando en el «500 by Gucci». Esta edición especial del FIAT 500 presentaba las icónicas franjas verdes y rojas de Gucci y estaba dirigida a los clientes «fashionistas» que querían destacar. Por otro lado, el Lamborghini Murcielago LP640 Roadster by Versace no recibió tanto reconocimiento. Este superdeportivo de edición limitada presentaba el diseño griego de Versace y su logotipo, pero su atractivo se limitaba a un público de nicho.
El reconocido diseñador de moda Paul Smith ha tenido múltiples colaboraciones con Mini, incluido el diseño único para el 40 aniversario del Mini original. Esta creación excéntrica presentaba colores vibrantes y las icónicas rayas de Paul Smith, capturando la esencia tanto de Mini como de Paul Smith. Sin embargo, el Mini Paceman Cavalli diseñado por Roberto Cavalli no tuvo tanto éxito. Con su exagerada ornamentación, tapicería estampada de animales y pintura iridiscente, esta versión luchó por realzar la estética del automóvil original.
El emblemático Land Rover Defender recibió una transformación dramática en colaboración con Paul Smith. El diseño único, aplicado con 27 referencias Pantone, buscaba honrar la historia del Defender al mismo tiempo que incorporaba toques de lujo. La colaboración de Stella McCartney con Jaguar resultó en que el XE se adornara con caras juguetonas, creando un diseño único y llamativo.
La colaboración más reciente entre la moda y la industria automotriz fue entre la marca de ropa exterior de lujo Moncler y Mercedes. El Proyecto Mondo G transformó la resistente Mercedes G-Class en un vehículo inspirado en las chaquetas acolchadas, fusionando textiles suaves con elementos de diseño robustos. Por último, la controvertida versión de Jeremy Scott del Smart ForTwo presentaba alas de fibra de carbono translúcidas.
Si bien algunas colaboraciones han logrado crear vehículos distintivos, otras no han tenido el mismo impacto. La lección clave de estas colaboraciones es que la moda y el diseño automotriz van más allá de la estética. Es importante encontrar un equilibrio entre el estilo, la funcionalidad y el rendimiento.
Fuentes:
– «The Fashion for Car Design: The Good, the Bad and the Ugly» de Andrew English – The Telegraph
– «When Fashion Meets Automobiles: Haute Couture Meets Horsepower» de Bas de Lange – Journals.openedition.org