El Plan Verde de la Unión Europea, un plan para lograr emisiones netas de carbono cero para 2050, ha enfrentado obstáculos y resistencia por parte de varios grupos de interés. Este plan, que se suponía que sería la respuesta de Europa al alunizaje del Apolo, se ha visto debilitado y retrasado debido a las preocupaciones de la industria, los agricultores y las empresas que luchan contra la alta inflación y los crecientes costos energéticos tras la invasión rusa de Ucrania.
La dependencia de la UE de las importaciones chinas de tecnologías limpias también complica su transición verde. Una reciente investigación anti-subsidios contra los fabricantes chinos de automóviles eléctricos podría provocar represalias e impactar la disponibilidad de materiales cruciales para infraestructuras de energías renovables.
Los diplomáticos están preocupados por las posibles consecuencias no deseadas de estas acciones y cuestionan la eficacia de las investigaciones anti-subsidios para proteger a los fabricantes europeos. La competencia justa es esencial en la carrera verde global, pero aún queda por ver si las medidas impuestas por la UE lograrán este objetivo.
La competencia de Estados Unidos también desalienta la inversión en la industria de tecnología verde de Europa. El importante apoyo del gobierno estadounidense en forma de créditos fiscales y subsidios para empresas de tecnología limpia ha sido elogiado por los inversionistas, quienes lo ven como una priorización de la financiación sobre la regulación.
Los responsables políticos y los defensores de la causa han observado un freno en la revisión o introducción de legislación bajo el Plan Verde. Esto ha generado preocupación de que el plan se haya enfocado demasiado en objetivos sin proporcionar un claro caso de negocio para la transición hacia una economía sostenible.
Los acuerdos en propuestas más nuevas se han vuelto cada vez más difíciles de alcanzar antes de las elecciones de la UE, y hay una fuerte resistencia a la legislación climática en algunos Estados miembros. Polonia, por ejemplo, está desafiando las regulaciones del Plan Verde en los tribunales y se opone a los objetivos de reducción de emisiones.
Para abordar estos desafíos y atraer a la industria europea, la UE ha designado a un nuevo jefe para el Plan Verde, Maroš Šefčovič. Sin embargo, la magnitud de las ambiciones de la UE y los profundos cambios que traerán al modelo económico hacen que la resistencia y los obstáculos no sean sorprendentes.
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