Una de las características más distintivas de un coche eléctrico en comparación con uno de combustión es el peso adicional que tienen debido a las baterías, lo cual afecta significativamente a los neumáticos. Este peso adicional genera una mayor inercia y, por lo tanto, una mayor distancia de frenado. Por esta razón, es necesario prestar especial atención al agarre de los neumáticos, ya que es fundamental para garantizar la seguridad en la conducción de un coche eléctrico.
Los neumáticos de los coches eléctricos también desempeñan un papel crucial en la aceleración superior de estos vehículos. Esto se debe a que el par motor se transmite de forma instantánea a las ruedas. Para soportar esta demanda, los neumáticos deben tener una estructura reforzada y compuestos de goma diseñados para proporcionar la máxima robustez.
Otro desafío al que se enfrentan los fabricantes de neumáticos para vehículos eléctricos es la reducción del ruido generado durante la rodadura. Aproximadamente el 70% del ruido generado por un automóvil eléctrico proviene de los neumáticos en lugar del motor. Por lo tanto, los fabricantes se esfuerzan en desarrollar compuestos y dibujos de neumáticos que sean lo más silenciosos posible, para mantener una experiencia de conducción agradable y silenciosa.
Además, los neumáticos para coches eléctricos cuentan con una tecnología de construcción más avanzada. Por un lado, se busca reducir el peso mediante diferentes técnicas de aligeramiento. Por otro lado, para aumentar su rigidez, estos neumáticos cuentan con una carcasa de doble capa, en contraste con la carcasa de capa única que suelen tener los neumáticos de los coches de combustión.
Otra diferencia notable es el dibujo y los patrones de evacuación del agua en la banda de rodadura. Debido al mayor peso de los coches eléctricos, los neumáticos deben tener un diseño adecuado para garantizar una buena evacuación del agua en condiciones de lluvia o asfalto mojado.
En resumen, los neumáticos para coches eléctricos están diseñados específicamente para ofrecer una menor resistencia a la rodadura, lo cual contribuye a reducir el ruido y el desgaste. Además, estos neumáticos pueden aumentar la autonomía total de un vehículo eléctrico hasta un 7%, lo que se traduce en una mayor rentabilidad por uso.