Desde hace unos días suenan tambores de guerra comercial entre la Unión Europea y China a raíz del coche eléctrico. La UE acusa a China de adulterar el juego inflando de millones públicos a sus marcas para lanzarlas al mercado internacional, lo que pone en riesgo la industria europea. Sin embargo, algunos expertos ven en esta situación un potencial para impulsar el sector automovilístico europeo.
Dong Yang, vicepresidente del principal grupo de expertos sobre coches eléctricos de China, EV100, ha indicado que a medida que crecen las exportaciones chinas de vehículos eléctricos, los grupos occidentales deberían buscar relaciones beneficiosas con las empresas locales. Dong sugiere que los suministradores chinos de baterías deberían profundizar los vínculos con las empresas europeas y construir una cadena de suministro de baterías en China y Europa.
Los fabricantes de automóviles europeos también pueden aprovechar las tecnologías del coche eléctrico de China para acelerar su transición a la electrificación, ganando en eficiencia y competitividad en el mercado internacional.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha acusado a China de inundar los mercados mundiales con coches eléctricos a precios artificialmente bajos debido a los enormes subsidios estatales, e inició una investigación que podría resultar en aranceles.
En respuesta a esta situación, los fabricantes europeos están dando los primeros pasos hacia la colaboración, como la inversión de Volkswagen en la startup Xpeng, que resultará en el desarrollo conjunto de dos nuevos modelos basados en la plataforma de vehículos eléctricos del fabricante chino. Otros fabricantes, como LeapMotor, también buscan otorgar licencias de sus tecnologías de vehículos eléctricos a socios extranjeros, como Audi.
China advierte de posibles represalias si la UE impone medidas proteccionistas contra los coches eléctricos producidos en el país asiático.
En el lado de las baterías, CATL ya tiene una planta en funcionamiento en Alemania y está preparando otra en Hungría. Su principal competidor, CALB, también planea establecer instalaciones de producción de baterías en Europa para 2026.
La industria europea se ha visto lastrada por una forma tradicional de diseñar coches eléctricos que no ha satisfecho las demandas de los clientes y ha llevado a precios absurdos. Una alianza entre China y Europa puede impulsar un sector automovilístico europeo decadente que ha estado cerrando plantas y reduciendo la producción mientras los grupos chinos continúan creciendo.
Fuentes: EV100, Salón del Automóvil de Munich
