Ford ha anunciado sus planes de construir una fábrica en Michigan para producir baterías de fosfato de hierro y litio (LFP, por sus siglas en inglés) asequibles para sus vehículos eléctricos (VE). Estas baterías, que utilizan hierro común en lugar de metales raros y costosos como el níquel y el cobalto, ofrecen una alternativa más rentable. Aunque las baterías de LFP anteriores no podían almacenar tanta energía como otras baterías de litio, los avances tecnológicos las han convertido en una opción viable.
Tesla ya ha adoptado las baterías de LFP para el Modelo 3, y Ford planea utilizarlas en los modelos Mach-E 2023 y F-150 Lightning 2023/2024. La nueva instalación, que abrirá sus puertas en 2026, representa una inversión de 3.500 millones de dólares en el mercado de VE.
Sin embargo, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes ha planteado preocupaciones sobre las implicaciones de seguridad nacional al asociarse con un fabricante chino de baterías. Ford ha asegurado que la asociación no comprometerá la seguridad nacional.
A medida que aumenta la demanda de VE, el costo y la escasez de los metales raros utilizados en las baterías de litio tradicionales plantean desafíos para los fabricantes. La minería de cobalto es particularmente peligrosa, lo que ha llevado a las empresas a buscar alternativas más sostenibles. Las baterías de LFP han ganado popularidad en China, y ahora fabricantes de automóviles como Ford están reconociendo su potencial. La decisión de Ford de utilizar baterías de LFP refleja un cambio de enfoque, de lograr una máxima autonomía a adoptar soluciones rentables y respetuosas con el medio ambiente.
La construcción de la nueva fábrica no solo creará empleo, sino que también reducirá la dependencia de las baterías de LFP importadas. Actualmente, no hay fabricantes de baterías de LFP en Estados Unidos, pero varios proyectos están en marcha junto con la instalación de Ford. Al licenciar tecnología del fabricante chino de baterías CATL, Ford busca liderar la producción nacional de baterías de LFP.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha expresado preocupaciones sobre la asociación con CATL, citando posibles riesgos para la seguridad nacional y la influencia de China en las cadenas de suministro de VE del país. Sin embargo, Ford ha enfatizado que CATL no tendrá una participación activa en el acuerdo y no recibirá fondos públicos estadounidenses.
Este movimiento estratégico de Ford señala un cambio significativo en la industria de VE, con avances en la tecnología de baterías impulsando la transición hacia soluciones de almacenamiento de energía más asequibles y sostenibles. A medida que el mercado continúa evolucionando, la producción nacional de baterías jugará un papel crucial en garantizar un futuro seguro y sostenible para los vehículos eléctricos.
Fuentes:
– «Ford will build its own battery cell factory», MIT Technology Review.
– «Ford’s Chinese Battery Partner Stirs Security Concern in U.S.», Bloomberg.