En 2009, General Motors (GM) desestimó a Tesla como «un puñado de ingenieros jugando con baterías de laptops». Estos comentarios fueron hechos durante una sesión de preguntas y respuestas y fueron recordados recientemente por el CEO de Nikola y miembro de la junta directiva de GM en ese momento, Steve Girsky. Sin embargo, ahora está claro que GM subestimó enormemente el potencial de Tesla.
Avancemos hasta el día de hoy y Tesla se ha convertido en una de las empresas más valiosas del mundo, con una capitalización de mercado de 830 mil millones de dólares. La compañía ha revolucionado la industria de vehículos eléctricos (EV) y ha establecido el estándar para el transporte sostenible.
Esto demuestra la importancia de reconocer la innovación y no subestimar el potencial de las tecnologías disruptivas. El éxito de Tesla ha afianzado aún más la creciente popularidad y demanda de los vehículos eléctricos en el mercado actual.
A pesar del escepticismo inicial de los fabricantes de automóviles tradicionales, Tesla ha demostrado que los vehículos eléctricos no son una moda pasajera, sino el futuro del transporte. La dedicación de la compañía a avanzar en la tecnología de las baterías, las capacidades de autonomía y la conducción autónoma la ha llevado a la vanguardia de la industria automotriz.
Es crucial que las empresas se adapten continuamente y abracen nuevas tecnologías para mantenerse relevantes en un mercado en constante evolución. Ignorar o menospreciar a empresas innovadoras como Tesla puede tener consecuencias a largo plazo para los incumbentes de la industria.
La actitud despectiva de General Motors hacia Tesla en 2009 sirve como recordatorio de la velocidad de los avances tecnológicos y la necesidad de mantenerse a la vanguardia. En lugar de ver a Tesla como una amenaza, los fabricantes de automóviles establecidos deberían buscar colaborar o desarrollar sus propias soluciones innovadoras para satisfacer la creciente demanda del consumidor de transporte sostenible.
Fuentes:
– Artículo original de Business Insider, «General Motors vio a Tesla en 2009 como ‘un puñado de ingenieros jugando con baterías de laptops'».