Los vehículos eléctricos (EVs, por sus siglas en inglés) han alcanzado un punto de inflexión en Europa, con una demanda creciente y preocupaciones sobre una avalancha de importaciones desde China. La Unión Europea ha lanzado una investigación comercial sobre los subsidios a la producción, ya que aproximadamente el 20% de todos los EVs vendidos en Europa son producidos en China.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, se han vendido aproximadamente 26 millones de EVs hasta la fecha, incluyendo híbridos enchufables. Aunque esto es una fracción del total del parque automotor global de 1.300 millones, las ventas están previstas que aumenten de alrededor de 10 millones en 2022 a aproximadamente 14 millones en 2023, representando el 18% de todos los autos vendidos.
Uno de los factores impulsores del cambio hacia los EVs son los ahorros de costos para los conductores. Debido a una mayor eficiencia, los EVs son más baratos de operar en comparación con los vehículos de motor de combustión interna tradicionales. Por ejemplo, en el Reino Unido, los conductores que cargan sus EVs en casa por 32 peniques por kWh y viajan 5 km por kWh solo pagarían 6,4 peniques por km. En comparación, los automóviles diésel que pueden viajar 15 km con un litro de combustible (costando 152 peniques) terminan pagando 10 peniques por km. Además, el costo inicial de los EVs se está volviendo más asequible, con el Tesla Model Y más barato ahora costando menos que el precio promedio de un automóvil nuevo en los Estados Unidos.
A pesar de los desafíos que aún quedan por superar, como los tiempos de carga lenta y la necesidad de una infraestructura de carga integral, las previsiones de ventas de EV indican un crecimiento rápido en los próximos años. Los analistas predicen que en la próxima década podría haber asombrosos 800 millones de vehículos eléctricos de batería, enchufables e híbridos en las carreteras.
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